Ley orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, por la que se aprueba
CÓDIGO PENAL
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EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
Si se ha llegado a definir el ordenamiento jurídico como conjunto de normas
que regulan el uso de la fuerza, puede entenderse fácilmente la importancia
del Código Penal en cualquier sociedad civilizada. El Código Penal define
los delitos y faltas que constituyen los presupuestos de la aplicación de la
forma suprema que puede revestir el poder coactivo del Estado: la pena
criminal. En consecuencia, ocupa un lugar preeminente en el conjunto del
ordenamiento, hasta el punto de que, no sin razón, se ha considerado como
una especie de "Constitución negativa". El Código Penal ha de tutelar los
valores y principios básicos de la convivencia social. Cuando esos valores y
principios cambian, debe también cambiar. En nuestro país, sin embargo,
pese a las profundas modificaciones de orden social, económico y político, el
texto vigente data, en lo que pudiera considerarse su núcleo básico, del
pasado siglo. La necesidad de su reforma no puede, pues, discutirse.
A partir de los distintos intentos de reforma llevados a cabo desde la
instauración del régimen democrático, el Gobierno ha elaborado el Proyecto
que somete a la discusión y aprobación de las Cámaras. Debe, por ello,
exponer, siquiera sea de modo sucinto, los criterios en que se inspira,
aunque éstos puedan deducirse con facilidad de la lectura de su texto.
El eje de dichos criterios ha sido, como es lógico, el de la adaptación positiva
del nuevo Código Penal a los valores constitucionales. Los cambios que
Aprobado por LO 10/1995, de 23 de noviembre. Posteriormente ha sido modificado por
LLOO 2/1998, de 15 de junio (arts. 170, 5 ...
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