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FOROS OPOSICIONES FORO Oposiciones Junta de Andalucia
709.308 mensajes • 396.057 usuarios registrados desde el 25/05/2005
A Hemingway se le atribuye el relato más breve —y quizá uno de los más tristes— jamás escrito. Algo como: "Vendo zapatos de bebé. Sin usar". Una línea que pesa como una piedra en el estómago. El otro día, durante la comida de Feria de mi Delegación, un compañero me contó una historia que, no sé por qué, me dejó igual de torcido. Habló de un viejo profesor que tuvo en primaria. Un tipo que por lo visto quería que los niños dejaran de llamar a todo “una cosa”. Al parecer, decía: "Cuando todo es una cosa, entonces nada lo es". Aquella frase me la llevé puesta. Como quien tropieza con una baldosa suelta, y después se queda mirando el suelo esperando encontrar ahí la respuesta a todo. Aquel viejo profesor tenía razón. Porque cuando crees tenerlo todo, te empieza a faltar algo. Y no sabes qué. No sale en Google, y produce una picazón en la nuca del alma.
Horas y copas más tarde, al salir de la caseta, tenía la poderosa sensación de poseer el significado último de las cosas. Era falso, claro. Estaba borracho. Anduve durante un rato, en dirección al río. Sospecho que tenía la intención de mear allí. Mientras me dirigía a la orilla, consideré vagamente la fascinación de morir ahogado. Pero, me decepcionó profundamente encontrar, a unos cuarenta metros de la orilla, una hilera triste de urinarios portátiles, como soldados derrotados custodiando el hedor de la civilización. La ribera estaba cercada por policías. Así que me vi obligado a aparcar mi gloriosa micción liberadora, aquella comunión líquida con la naturaleza, por una mucho más prosaica, dentro de aquella letrina de plástico recalentada por el inclemente sol de mayo. Un sarcófago portátil, donde el aire se podía cortar con un cuchillo oxidado y estaba impregnado de humanidad vencida, cerveza muerta y esperanzas procesadas por el sistema digestivo del siglo XXI. Esto es el progreso, pensé.
En mi mano, un vaso vacío a sus pies, un váter al borde del colapso. Paradojas de la vida. A la derecha, un pequeño espejo devolvía la imagen de un rostro bastante desmejorado: el careto de alguien que parecía haber pasado la noche en el Parador de Teruel. La piel, de ese color raro que tiene la resaca cuando ya no es solo física, sino espiritual. Una cara que ni mi madre besaría. Y, sin embargo, me quedé mirando mi reflejo. No por vanidad, sino por pura curiosidad científica. ¿Cómo coño puede alguien seguir vivo así? No culpé al alcohol. Supuse que aquello era el resultado de años de leal obediencia. Porque, aceptémoslo, cada vez que accedes a hacer algo que detestas por orden de tu jefe de servicio, estás un poco menos vivo. En ese momento, justo por encima del espejo, comenzó a deslizarse una cucaracha negra, brillante, gorda, fea… y decidida. Caminaba como si el urinario le perteneciera. Mi primer impulso fue pisarla, aplastarla contra la pared. Pero luego pensé que ella estaba allí antes que yo, y si alguien tenía derecho a ese lugar, era ella. La miré. Me miró. Nos entendimos sin decir nada. Ella no corrió. No huyó. Se quedó ahí.
—Eh, cabrón —murmuró, o quizá solo lo imaginé—, te voy a contar un secreto: yo no necesito presentarme a ningún concurso para justificar mi existencia.
Luego se puso a cantar "La Cucaracha" con marcado acento gallego. La dejé en paz. Al fin y al cabo, alguien tenía las ideas claras en ese retrete.
Mientras orinaba, rodeado de eco y orina ajena, no pude dejar de pensar en el Concurso. En los grupos. En los niveles. Recordé que mi primera subida de nivel fue como encontrar una moneda de oro en una alcantarilla: una extensión del alma. La segunda me hizo sentir importante, casi como si tuviera un propósito. La tercera ya era una decisión estética. Y cuando aspiraba a la siguiente, empecé a preguntarme qué coño estaba intentando medir. Y ahí estaba, encerrado en ese cubículo de plástico verde acompañado por una cucaracha cantante. Dándome cuenta de que tenía razones de sobra para sonreír. Y, sin embargo, no lo hacía. Pasaba con todo. Con las cosas que tenía, con las personas que dejé ir, con las metas que alcancé y con los sueños que se fueron deshaciendo. Incluso con esa maldita idea de ser feliz... Llegas a un punto en que crees haberlo conseguido, y entonces te golpea la misma pregunta: ¿y ahora qué?
Así funciona el cerebro: te regala un Ferrari emocional y lo estrellas porque un mosquito se cagó en el parabrisas. No falla. Cuando, aparentemente, lo tienes todo, empieza a faltarte algo. Cuando consigues lo que querías, descubres que no lo querías tanto. Y ahí entiendes que no era cuestión de tener. Que nunca lo fue. El hombre no nació para sentarse a disfrutar el banquete. Nació para cazarlo, maldita sea. Para correr detrás de algo. Aunque tropiece. Aunque se rompa los dientes. Aunque vuelva con las manos vacías. Aunque tenga que gritarle a los dioses cuando pierde el rumbo, y luego brindar con ellos cuando lo encuentra. Porque la ilusión de lo que viene es lo que nos mantiene vivos. Esa sensación de que todavía hay algo por hacer. La estúpida esperanza de que mañana va a doler un poco menos. Por eso entiendo a los que prefieren tener poco. Porque cada cosa pesa. Cada persona arrastra su pasado, sus fantasmas. Cada objeto carga con su historia. Y al final, no estás coleccionando logros, ni títulos, ni niveles, ni grupos superiores. Estás coleccionando esos segundos raros y luminosos en los que, por una puta vez, no fuiste un completo imbécil.
Por eso no paramos. Por eso no volvimos a la cueva después de descubrir la tostadora. Por eso inventamos la rueda. Y luego la oficina. Y luego la Junta de Andalucía. Y luego los antidepresivos. Más tarde, los concursos abiertos y permanentes, para que nadie sepa si está llegando a algún sitio o solo girando en círculos con un número en la espalda. Porque si un día no hay nada que hacer, si no hay algo —aunque sea inútil, aunque sea absurdo— que nos empuje hacia delante, el alma se nos cae del cuerpo como un diente de leche.
A veces lo olvido. Miro el techo. Y digo eso de: “Ya está todo hecho.” Como cuando salí de aquel urinario verde a orillas del Guadalquivir. Borracho y triste como nunca antes. El aire olía a río viejo y a feria cansada. Y yo, con los zapatos amarillos de albero y la dignidad en modo ahorro, pensé que ese era el final de algo. De todo, tal vez. Pero el mundo siguió girando, indiferente a mis mierdas mentales, y acabé volviendo a la caseta.
Allí está ella, como si la hubiesen soltado de algún sitio sagrado y salvaje. Alto el cuello, alto el orgullo. Es alta, joder. De esas que no necesitan tacones para aplastar egos. Alta como un pensamiento que no se te va, como una copa servida hasta el borde. Viste un traje de flamenca en el que predominaba el rojo y que parece haber sido cosido con fuego a su cuerpo. Camina como si la gravedad fuera solo un rumor, como si el mundo entero tuviera que apartarse solo para no arrugarle el vuelo. No sé si es el traje, el cuerpo, la cabeza o la forma en que todo eso camina junto sin disculparse…
Y entonces me mira. Con esa mirada que solo tienen los que han aprendido a no preguntar demasiado. Como si supiera —porque lo sabe— que todos estamos rotos de algún sitio. Y me suelta: “Rasspu, ¿qué hago contigo?”. Y ahí lo entiendo. Ahí todo se acomoda. No hace falta más. Porque si todavía hay alguien que me pregunta eso, quiere decir que aún tengo que levantarme. Porque si todavía hay alguien que te arrastra a comer churros con chocolate, con la esperanza de que un poco de azúcar y calorías te enderecen la borrachera y la vida, entonces no todo está perdido. Porque si todavía encuentras en tus hilos a compañeros como Mercu, Ethereum y Elichocolate, Exmundano, Laylah, BendodoPLD, Arenagranada, Calavera1492, Amarilis05, Cabreado, ReketiPI, Orgasmus, Joker1, Medicas y Enfermeros, Chikito de la Encina, Pelon, Oposition Woman, 1972antuan, Opositas1234, RVCA, Mlgmlg, GordoGoliath, Consecuente00, Umberto1982…, entonces sí, merece la pena seguir avanzando. Porque si todavía disfrutas leyendo las disertaciones de MasPlazas, o el entrañable anuncio mensual de Silvia Sobrini, hay que seguir adelante. A ser posible con una sonrisa. Aunque sea una de esas medias sonrisas, torcidas, tipo Harrison Ford. De las que dicen: “sí, ya lo sé… pero aquí sigo”.
Posdata: me encantaría contaros más historias de aquella jornada de feria, pero parece que las croquetas de la caseta no me sentaron del todo bien y el resto se me borró de la memoria. El año que viene me llevo una GoPro.
• 06/06/2025 8:48:00.
• Mensajes: 674
• Registrado: octubre 2010.
Jajajaja, que bueno Rasspu. Te has superado una vez más.
Que cabrona la cucaracha diciéndote que ella no tiene que concursar, jajajaja, seguro que era una cucaracha PLD, de esas que cada vez hay más.
• 06/06/2025 10:12:00.
• Mensajes: 34
• Registrado: julio 2022.
Viernes de Rasspu! Eres un grande, muchas gracias por otra maravillosa mañana leyéndote. Y qué buen final más bien hilado con participación estelar del público forero. La parte de la cuca me ha matao, genial. La cuca no necesita concursar porque está muy a gusto en su puesto, le han concedido 4 días de teletrabajo (y según nuestro Don Nieto el Grande, aprovecha para ir al gym de cuquis, a clases de costura y aún le da tiempo a hacer la comida).
Por cierto me he imaginado la voz de la cuca en mi mente igualita a la de Cuca Gamarra... Cosas del cerebro, supongo.
• 06/06/2025 13:04:00.
• Mensajes: 23
• Registrado: agosto 2021.
Jajajaja, Rasspu, genial! Me siento muy honrada de aparecer en uno de tus relatos, aunque hubiera preferido compartir contigo aquella jornada de feria.
Buenísimo Rasspu!! Necesitamos más!! jajaja
• 06/06/2025 17:15:00.
• Mensajes: 477
• Registrado: marzo 2021.
Rasspu, eres GRANDE! Gracias por esa unión que transmites entre nosotr@s.
Magnifico Raspu, como siempre.
Me parece brutal la unión del concurso de la JA y una micción
en un retrete de feria o festival. A la vez tan dispares, como similares en el fondo XD
• 06/06/2025 23:52:00.
• Mensajes: 7
• Registrado: julio 2021.
Pufff... Rasspu, me siento identificada con casi todo (no bebo) y he ido subrayando mentalmente mientras leía...
"Habló de un viejo profesor que tuvo en primaria. Un tipo que por lo visto quería que los niños dejaran de llamar a todo “una cosa”.
[...]
Recordé que mi primera subida de nivel fue como encontrar una moneda de oro en una alcantarilla: una extensión del alma. La segunda me hizo sentir importante, casi como si tuviera un propósito. La tercera ya era una decisión estética.
[...]
Más tarde, los concursos abiertos y permanentes, para que nadie sepa si está llegando a algún sitio o solo girando en círculos con un número en la espalda.
[...]
Porque si todavía hay alguien que te arrastra a comer churros con chocolate, con la esperanza de que un poco de azúcar y calorías te enderecen la borrachera y la vida, entonces no todo está perdido."
Y me he emocionado cuando me has nombrado. Pufff...
• 06/06/2025 23:54:00.
• Mensajes: 691
• Registrado: julio 2013.
::: --> Editado el dia : 07/06/2025 0:17:20
::: --> Motivo :
Lo mejor de la resaca es que tiene solución: seguir bebiendo. No soy digno de este foro, soy un miserable interino estabilizao. Después de putearme unos (patas negras) y otros (saf), resulta que me voy a otro lao. Hay que tener mucho cuidao con esas letrinas, yo prefiero mear en la caseta delante del segurata.
(Verídico)
• 07/06/2025 11:06:00.
• Mensajes: 11
• Registrado: agosto 2008.
Crepuscular y lúcido, te optimizas con los años, Rasspu como vino de buena cepa.
Y sí, sigues aquí. Y sí, aún quedan muchos estímulos por los que merece la pena seguir aquí: revisitar las desventuras de Don Draper, el whiskey irlandés (católico), los complementos predicativos, las pisaegos, el milagroso tadalafilo...
.... y los buenos amigos de toda la vida que brindan por el lirismo viril sin reproches,.... y los elogios que se dicen de igual manera los lunes a las 8 de la mañana,.... y las penúltimas que siempre saben a "pronto repetiremos",.... y los guapos, que somos así (je, je).
..... Por ese Dios que no para de comer cerezas en México (Cabronesss!!!!, con acento mejicano)
Ah... y como no, por esos hilos crapuleros de masticadas y brillantes reflexiones, pulidas desde una mente tan privilegiada como generosa, que tengo el gusto de conocer en persona.
Mariachi, me ha gustado volverte a leer
Compañeros, leeros ha sido como encontrar un refugio cálido y acogedor en mitad del temporal que representa esta tirana Administración. Gracias, de verdad, por recordarme que no estamos solos.
PatrickJGarret, un verdadero honor reencontrarme con tus palabras tras tanto tiempo de silencio.
• 09/06/2025 18:53:00.
• Mensajes: 113
• Registrado: octubre 2020.
"... alta como una copa servida hasta el borde", gloriosa metáfora, analogía o lo que sea. (relato muy inspirado, enhorabuena)
He leído Don Draper?