jussopositor

• 11/02/2019 12:47:00.
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Lo que pasa mientras opositas

Ayer justo experimenté varias de las cosas que se suelen decir sobre la soledad del opositor. En mi caso, llevo un año y pico con justicia. No es judicatura ni letrado, pero también es durillo. Llevaba los meses de diciembre y enero a plenísimo rendimiento, estudiando 9 horas/día de media, descansando medio día o un día por semana ( alguna ni eso), notando que mejoraba pero se me olvidaban cosas, pero en una actitud muy buena. Pero... como decía, ayer peté. Porque efectivamente no lo es todo. No soy mayor pero tpoco soy ya tan joven, y por supuesto que muy identificado con lo de "ver la vida pasar". Te das cuenta de que los amigos de verdad son muy pocos, poca gente se acuerda de ti. Hay gente que te contesta a los mensajes por cortesía pero en realidad no tienen mucho interés en ti ( si es que tienen algo). No te encierras del todo, tratas de quedar cuando puedes, pero sí notas que te vas quedando fuera de las relaciones sociales. Y por supuesto, lo de que nadie te entiende, correctísimo. Nadie es consciente de la combinación de presión e incertidumbre por la que pasas cada día. Cansancio mental, bajones emocionales, autoestima, ansiedad...juegan un papel demasiado importante. Llegas a un punto en el que sólo te entienden realmente otros opositores, y a veces ni eso, porque también ves competición, hostilidad e individualismo. Y el combo total: si esa opositora que te entiende, te acaba gustando, confías 100%, te escribes a diario, te aporta un montón, quieres verla cada día ( aunque no la conozcas tanto), llegas a besarla incluso...pero finalizada la convocatoria, ella dice que realmente no le surge lo mismo que a ti, y que lo mejor es dejar de tener el mismo contacto 😂🔫.

Conclusión: esto es duro de cojones, hay días en los que no tienes con quien hablar, o con quien quedar y ahí sí que se ve lo duro que es. PERO ( y ahora es cuando digo algo positivo, antes de que alguien se suicide jaja) lo mejor que se puede hacer en esos momentos límites es parar un día o medio día. Dormir más, salir a hacer deporte y desconectar. Y después de eso, pensar por qué estamos aquí. Y ahí es cuando pienso que soy también un privilegiado por sólo dedicarme a esto, que estoy peleando por un puesto que me daría una estabilidad enorme hoy en día, y que estamos currando por un futuro más que decente.

Si no se deja, se saca. Hay que creer, no queda otra. Mucha fuerza!