Belaya Smert

Mejor luchar contra uno mismo que contra el mundo

• 10/03/2020 22:46:00.
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Senyor pirotècnic! Pot començar la mascletà!

El 26 de abril de 1986 un grupo de habitantes de Pripyat, acudieron al puente ferroviario sobre el río homónimo de la ciudad, a contemplar con asombro el incendio fluorescente provocado por la explosión del reactor nº 4 de la Central Nuclear de Chernóbil. Las cenizas radioactivas caían del cielo, y bailaban sobre sus cabezas como espíritus en el bosque de Pandora, maravillando a hombres, mujeres y niños que en él se encontraban, sin conocer el riesgo que podrían estar asumiendo.

5 días después, el 1 de mayo de 1986, el viento llevó la radiación hacia la ciudad de Kiev, ubicada a menos de 200 kilómetros de la central nuclear. En esas fechas estaba planeada una marcha para celebrar el Día del Trabajo en la capital ucraniana. Sin embargo, las autoridades ocultaron deliberadamente la información a la población, y siguieron adelante con las celebraciones del 1º de mayo como si el país se negará a reconocer la situación. Treinta años después, no se tienen cifras oficiales de cuantas personas fueron afectadas por la radiación durante su participación en lo que a la postre se conocería como “El Desfile de la Muerte”.

El 10 de marzo de 2020, Italia continuaba buscando el paciente cero que introdujo el coronavirus en el país transalpino, registrando en la referida fecha un total de 631 víctimas fatales de entre los más de 10.000 casos detectados en su territorio, y todo ello según cifras oficiales.

Por su parte, el cónsul de Italia afincado en Valencia, siguiendo la estela de la crisis de las hipotecas subprime, y copiando el mismo modelo, invitó a un opositor del cuerpo de tramitación procesal y administrativa al balcón del Ayuntamiento de Valencia, a fin de que pudiera comprobar de primera mano, las virtudes de las fallas, y la composición rítmica y ruidosa de la pólvora a golpe de masclet. Antes de empezar la mascletá, el Cónsul y ante las 100.000 personas que se agolpaban en los aledaños del Ayuntamiento separadas a escasos centímetros unos de otros, le preguntó al opositor: Si fueras Ortega Smith… ¿Te darías un baño de masas o acordarías la suspensión del examen de Word? A lo que el opositor contestó: “Senyor pirotècnic…, pot començar la mascletà”

Al final las fallas se suspendieron pero la progresión geométrica de Malthus ya había tosido sobre la mariposa.